Brasileños Rechazados en Portugal: el Gobierno Anuncia un Control Más Estricto en las Fronteras

El número de brasileños rechazados en Portugal ha aumentado (y mucho) en los últimos meses, lo que ha llevado al gobierno portugués a reforzar el control en las fronteras. Las nuevas reglas y un mayor rigor buscan garantizar la seguridad, pero generan críticas y tensión diplomática entre Lisboa y Brasilia.

Las fronteras portuguesas bajo vigilancia reforzada. En solo un día, siete personas fueron impedidas de entrar en Portugal, según datos divulgados por Público Brasil.

Entre los casos más frecuentes se encuentran los de brasileños rechazados en Portugal, una situación cada vez más común en aeropuertos y puntos de entrada.

Ahora, el gobierno portugués confirma: el control será ampliado, con nuevos protocolos y criterios más estrictos para viajeros de fuera de la Unión Europea.

La nueva fase del control migratorio

Las autoridades portuguesas informaron que el refuerzo forma parte de una estrategia nacional de prevención y seguridad en todos los puntos de entrada (aeropuertos, fronteras terrestres y puertos marítimos).

El país también sigue las directrices del espacio Schengen, que exige una mayor vigilancia sobre el movimiento de extranjeros.

Según el Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF), las principales razones para las negativas incluyen documentación insuficiente, falta de justificación del viaje o sospecha de intención de permanencia irregular.

En los casos más recientes, los viajeros fueron retenidos temporalmente y enviados a sus países de origen.

Aumento significativo de brasileños rechazados en Portugal

El número de brasileños impedidos de entrar en Portugal creció más del 700% en 2024, según datos oficiales. Hubo 1.470 casos frente a 179 el año anterior.

En total, 1.728 extranjeros tuvieron la entrada denegada en 2024, y los expertos estiman que el número aumentará aún más con el nuevo sistema europeo de control electrónico de viajes, ETIAS.

La ONG Derechos Sin Fronteras sigue parte de estos casos. “Falta transparencia en los criterios y existe mucha subjetividad en el análisis”, afirma el abogado André Moura, que representa a viajeros brasileños retenidos en Lisboa y Oporto.

Motivos y contexto político

El gobierno justifica el aumento de la fiscalización como una respuesta a la necesidad de reforzar la seguridad nacional y garantizar entradas regulares.

El ministro de Administración Interna, José Luís Carneiro, declaró que “Portugal no está cerrando las puertas, sino asegurando que quien entre lo haga dentro de la ley”.

Los analistas, sin embargo, señalan que también existen motivaciones políticas. Con el debate migratorio en alza en Europa, el endurecimiento en las fronteras sirve para mostrar firmeza y responder a presiones internas por control.

Se espera que el nuevo sistema ETIAS, que entrará en vigor para turistas brasileños en breve, incremente aún más el control, cruzando información personal, historial de viajes y posibles alertas de seguridad antes del embarque.

Críticas y denuncias de arbitrariedad

Las nuevas prácticas de control han sido criticadas por asociaciones de inmigrantes y defensores de derechos humanos.

Según la Casa do Brasil en Lisboa, muchos brasileños denuncian trato brusco, falta de explicaciones y largas esperas sin acceso al apoyo consular.

“Hay casos en los que el turista presenta todos los documentos y aun así se le niega la entrada. Falta claridad sobre los criterios”, explica Carla Ferreira, portavoz de la entidad. El gobierno, por su parte, garantiza que las negativas siguen los protocolos europeos y se producen “solo en situaciones debidamente fundamentadas”.

Impacto diplomático y reacciones de Brasil

El aumento de brasileños rechazados en Portugal ha generado malestar diplomático.

En 2024, el Itamaraty solicitó explicaciones formales a Lisboa tras denuncias de trato inadecuado en los aeropuertos portugueses.

Ambos gobiernos afirman mantener un diálogo abierto y reforzar las campañas de orientación a los viajeros sobre documentación, estancia y comprobación de recursos.

Para el embajador Paulo Nogueira Batista Jr., “la cooperación debe ser la base de la relación luso-brasileña, no la incomodidad”. Defiende una mayor transparencia y la creación de protocolos conjuntos para evitar abusos.

Fronteras más estrictas, lazos más tensos

Con el aumento de brasileños rechazados y la vigilancia reforzada, Portugal avanza hacia un modelo migratorio más selectivo.

La medida busca garantizar seguridad y control, pero también reaviva el debate sobre hospitalidad y discriminación.

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